Quantcast
Channel: Libritis Exageralis
Viewing all articles
Browse latest Browse all 155

♥ Momentos Malamor ♥

$
0
0
Hola hermosos soñadores :)
Mi querida bloggosfera, ¿cómo les fue el día de hoy? espero de lo mejor, su servidora no puede estar más feliz ya que en estos momentos se encuentra en la playa :D No saben la falta que me hacía venir aquí, por fin salir del frío de mi ciudad y venir a tomar sol junto al mar, no hay nada como el calor *-*
Bueno, dejando atrás mis divagaciones, me alegra saber que ya he encontrado otro libro donde puedo recopilar momentos para mis retos, ¿no es genial? así que paso a dejárselos ;)
Libro: Hacia El Fin Del Mundo
Autor: José Ignacio Valenzuela
Nombre del gato: Azabache
Nombre del dueño: Quiero pensar que Rosa, la cacera de la casa en donde Ángela se queda, lo pienso porque ella fue quién dijo como se llamaba, pero quién sabe.
Características del gato: Negro, molestó, le gusta asustar a Ángela.
Fragmento que lo comprueba:
"De pronto, algo rozó su pie descalzo bajo la mesa. Ángela dio un salto y un grito que los asustó a todos: de entre las patas de su silla irrumpió el gato negro, distante y despectivo, que con toda la calma del mundo atravesó la cocina y se metió tras uno de los muebles.
-Vas a tener que disculpar a Azabache -dijo Rosa-. Le encanta hacerle bromas a los recién llegados.
Ángela sólo consiguió esbozar una mueca que inútilmente intentó disfrazar de sonrisa. Era muy difícil disimular que detestaba a ese animal".
Capítulo 15, página 113.
Aquí Llueve #4
Ángela Gálvez  ~ Hacia El Fin Del Mundo, José Ignacio Valenzuela

"En el preciso instante que sus zapatos tocaron la pasarela metálica que desplegaron desde cubierta, el cielo tronó y dejó caer un aguacero que parecía anunciar el fin del mundo. Cortinas de agua le cerraban el paso a medida que intentaba avanzar por el muelle, en busca de algún alerón donde protegerse. El diluvio se extendió, esfumando el paisaje y borrando incluso el negro de la noche. El abrigo de pluma de ganso no fue suficiente para contener el agua y, de pronto, Ángela sintió que algunas gotas heladas empezaron a escurrir por se espalda. Se acomodó bajo un techo de lámina que a duras penas contenía el embiste de metralleta que resonaba al caer. Pero aún ahí, ovillada y cubriéndose la cabeza con ambas manos, sentía que el fango espumoso del suelo se la tragaría en cualquier momento"
Capítulo 6, página 52. 
Con amor siempre.
Jessie

Viewing all articles
Browse latest Browse all 155

Trending Articles